México, D.F.- Horizonte invertido es el título de la intervención del artista Luis Felipe Ortega, en el cuarto de proyectos El Clauselito del Museo de la Ciudad de México, quien describe su trabajo como un juego que tiene que ver con los puntos de vista del espectador, algo que a él le gusta explorar: “es la búsqueda de una línea y la relación que el propio observador forma con ella”.
Grafito y la línea del horizonte —vista desde la mirada del creador, pues parte desde la altura de sus ojos— forman parte de su más reciente instalación, la décima segunda inaugurada en esta sala del Museo de la Ciudad, que muestra un paisaje absolutamente gris —tirándole al negro—, divido por una franja blanca que marca el horizonte y que, a decir del propio Ortega, muestra distintas posibilidades.
Con apoyo de seis alumnos, Luis Felipe Ortega llenó las cuatro paredes del Clauselito con líneas delgadas y gruesas de grafito, que dan un aspecto de vacío, pero que tiene su punto de encuentro en la línea blanca que divide este horizonte alterno.
Es una instalación totalmente análoga, plástica, hecha a partir de un material muy básico en este tipo de artes, un material que antecede al óleo, el primer elemento de cualquier producción visual, dijo el creador, quien aclaró que por eso lo eligió, ya que desde hace un año explora las posibilidades del grafito: “un elemento muy generoso y cruel, ya que su dureza da posibilidades infinitas, pero al mismo tiempo es imposible de corregir cuando se trabaja con él”.
La pieza Horizonte Invertido investiga las tensiones que existen entre las convenciones artísticas y la subjetividad del creador: propone cierta tensión entre el arte conceptual y el conocimiento técnico necesario para materializar una idea. Se presenta en El Clauselito, hasta el martes 1 de febrero de 2011, de martes a domingo, de 10:00 a 6pm.
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